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ESTA ENTRADA LLEGA TARDE


Hoy en día comenzar un blog es como abrir un videoclub o una academia de mecanografía: un anacronismo.


Ahora lo que funciona son las imágenes, no las letras: un mundo visual lleno de reels, de histories con música y de chavalería haciendo bailecitos con tik-tok. Influencers y youtubers se pasan a nuevas redes sociales de las que ni siquiera hemos oído hablar aún: Yes boomer! Eres viejoven.


Escribir o leer es una pérdida de tiempo: cuatro de cada diez españoles no leen nunca y aquí utilizo el masculino ya que según el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España 2019 el perfil del lector/a que más lee en este país es: mujer, con estudios universitarios, urbanita y con 55 años o más [1].


¿Para qué leer cuando mi ídolo de redes me lo puede contar en un vídeo?


Hemos pasado página (digital claro) y la humanidad ha dejado de ser homo sapiens para convertirse en homo videns tal y como vaticinaba Giovanni Sartori en la sociedad teledirigida (Taurus, 1998) o el gran Sampedro en Los mongoles en Bagdad (Destino, 2003). Vamos a la deriva aletargados por somníferos sociales: la televisión, los medios de comunicación y las redes sociales. Ya no existe la reflexión sino la repetición de consignas: “habéis vivido por encima de vuestras posibilidades”, “si tanto te gustan los inmigrantes métete uno en casa”, “aunque roben prefiero que ganen los míos”. Amén.


Ahora mismo, es el peor momento para comenzar un blog que nadie va a leer y al que nadie le importa: ¡Llegas tarde Óscar! Como el estado de Alarma y las medidas contra el coronavirus, como el feminismo liberal o el comunismo universitario de podemos, como el levantamiento de la tumba de Franco en el Valle de los Caídos y el perdón de la Iglesia a Galileo.


Sí. Llego tarde. Pero soy humano y el ser humano casi siempre llega tarde a todo: a descubrir que Plutón no era un planeta (2006), a detener las muertes en el mediterráneo, la guerra en Siria y el odio que cada día aumenta y campa a sus anchas por nuestro país. Llegamos tarde para parar el hambre en el mundo, el cambio climático y para inventar la pastilla contra la alopecia (ya soy demasiado viejo para lucir melena).


Estoy completamente seguro de que llegará el día del juicio final y la humanidad llegará tarde. Sí, llegamos tarde a detener nuestra propia extinción, el fin de nuestra era: el Antropoceno. Concepto acuñado por el premio Nobel holandés Paul Crutzen en el año 2000. ¿Y de qué va Historias del Antropoceno?


En la Tierra a lo largo de su historia se ha producido cinco extinciones masivas. Si os fijáis en el logo de este blog veréis una tierra remota del Pérmico, hace 260 millones de años. En aquel periodo se produjo la mayor extinción masiva hasta la fecha: El 90% de las especies se extinguieron[2] .


En el contorno de la fotografía polaroid pueden verse cinco X en negro.

En el escudo de la Ciudad de Ámsterdam hay tres X negras en referencia a las tres desgracias que ha sufrido la ciudad: fuego, inundaciones y peste negra. Esta historia, al parecer sin base histórica, la repiten comerciantes y tenderos omitiendo que en realidad son las cruces de San Andrés (Madrid podría tener también tres X en su escudo: bombardeos sistemáticos, ciudad española con más ataques terroristas y Ayuso). La sexta X en rojo representa la sexta extinción: el Antropoceno. Y dentro de la fotografía y sobre la tierra hay un pájaro, que simboliza a la humanidad misma: el Dodo.


El dodo era un ave no voladora de la isla Mauricio que se extinguió en el siglo XVII. No tenía depredadores naturales por lo que cuando llegaron los portugueses se acercaban curiosas a los humanos sin temor. Anidaban en el suelo por lo que los cerdos que habían traído los europeos se comían sus huevos. Los descubridores los cazaron hasta su extinción. El nombre: dodo, significa «estúpido» en lenguaje coloquial.


Este blog es una necesidad personal por contar, casi un onanismo gramatical, por hablar de nuestras decadentes historias. Si algo me ha hecho llegar tarde a este blog ha sido precisamente pensar: ¿quién eres tú para escribir sobre este u otro tema? ¿Acaso piensas que tu opinión vale más que la de cualquiera? Pero luego pienso en que fulanito y menganito tienen blogs de lo social (si se le puede llamar blog) y se me pasa.

La verdad es que si uno se para a reflexionarlo detenidamente no tiene mucho sentido, pero tampoco lo tiene que Donald Trump esté nominado por segunda vez al Premio Nobel de la Paz, o que Obama lo tenga y Gandhi, o la trabajadora social Irena Sendler, no.

Parece lógico que la primera entrada en un blog resuelva las 5W del periodismo: qué, cuándo, dónde, por qué y cómo: ¿de qué versarán estas historias? Sinceramente: ¿Qué más da? Tampoco nos enteramos de las canciones en inglés o de lo que vomitan nuestros representantes en el Congreso.


En Historias del Antropoceno reflexionaré sobre nuestras decadentes historias, desde un punto de vista social, es decir, según la rae: de la sociedad humana o que tiene relación con ella / que repercute beneficiosamente en toda la sociedad o en algún grupo social.

Mensualmente o cada quince días, o cuando me de la vida (es decir cuando ponga el peso de mi familia sobre mi pareja como venimos haciendo muchos) volveré con mi segunda entrada.


-¿Ya está?- pensaréis- ¿Y para esto me bajo yo las bragas?-. Recordad que siempre se puede ir a peor, y como decía Hemingway: el primer borrador de cualquier cosa es una mierda.


Llego tarde, pero más vale tarde…

[1] https://cadenaser.com/ser/2020/02/21/cultura/1582297644_420779.html (21.02.20) [2] Para los que quieran ver dónde estaba España única y libre en aquella edad pueden verlo en: https://dinosaurpictures.org/ancient-earth#260

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